Norma Viola, ciudadana ilustre de la ciudad de Buenos Aires y verdadero baluarte de la cultura argentina, falleció el 12 de diciembre de un paro cardiorrespiratorio en su casa del barrio porteño de Caballito.
Viola, había nacido en la ciudad cordobesa de Laboulaye desde donde se trasladó a Buenos Aires para cursar estudios de danza clásica y danza contemporánea, lo que posteriormente la llevó a Nueva York, Brasil y otros países latinoamericanos.
Su nombre quedó ligado al de otra leyenda del folklore argentino, Santiago Ayala, “El Chúcaro”, con quien compartió 40 años de trabajo a partir del momento en que se integró a su compañía como primera bailarina y asistente de coreografía, en 1954.
En 1973 la Viola obtuvo el máximo galardón del Festival de Cosquín, el principal encuentro folklórico argentino y desde julio de 1990 hasta la muerte de El Chúcaro en 1994, compartió con él la conducción del recién creado BNF.
La Viola siempre negó cualquier relación amorosa con su compañero de baile, aunque nunca dejó de admirarlo y de reconocer la inmensa influencia artística e intelectual que tuvo en su vida.
“Siempre se pensó que con El Chúcaro teníamos una relación más allá de la danza, pero eso nunca existió. Fuimos grandes amigos, compañeros de labor y estábamos unidos por la magia del baile”, señaló en distintas oportunidades Viola.
“Siempre se pensó que con El Chúcaro teníamos una relación más allá de la danza, pero eso nunca existió. Fuimos grandes amigos, compañeros de labor y estábamos unidos por la magia del baile”, señaló en distintas oportunidades Viola.
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